La Municipalidad de la Ciudad de Mendoza avanza a la vanguardia de la gestión ambiental con la inauguración del proyecto “Repensando los espacios verdes: uso inteligente de plantas nativas como paradigma de cambio frente a la escasez de agua”. Esta iniciativa ganadora del Fondo Verde para la Sostenibilidad Ambiental 2024, enmarcada en la articulación público-privada con apoyo del Banco Galicia, busca transformar el paisaje capitalino hacia una “naturalización urbana” y consolidar un modelo de gestión más resiliente frente a la creciente escasez hídrica.

El proyecto, impulsado por un equipo interdisciplinario del INTA (liderado por el doctor Guillermo Oscar Debandi) en colaboración con viveros locales y el equipo de la Secretaría de Ambiente y Desarrollo Urbano, es una respuesta directa a la crisis hídrica que actualmente enfrenta la provincia de Mendoza. A su vez, el proyecto contó con el patrocinio de la fundación y la empresa Holcim y su unidad de negocios Quimexur. El objetivo central es la xerojardinería, que establece jardines sostenibles que minimizan el consumo de agua y los costos de mantenimiento, al tiempo que fomenta la biodiversidad local, proporcionando hábitat y alimento para polinizadores y fauna autóctona, sensibilizando a las personas que transiten por el nuevo espacio.
La inauguración contó con la participación de representantes de la Fundación y Empresa Holcim, entidad que aportó su apoyo y voluntariado, junto a referentes de Responsabilidad Social Empresarial, voluntarios de las organizaciones patrocinadoras, estudiantes y vecinos comprometidos. María Soledad Morellato, especialista de Impacto Social de Holcim Argentina, subrayó la importancia de este compromiso con el cuidado del ambiente y el desarrollo sostenible de los espacios donde vivimos y trabajamos.

La iniciativa contempla la selección estratégica de ubicaciones, la adopción de un diseño que integra estética y funcionalidad ecológica, y la instalación de recursos informativos para la comunidad. Esta articulación público-privada-comunitaria no sólo marca el comienzo de una transformación en el paisaje urbano de Mendoza, sino que también establece un modelo replicable de adaptación al cambio climático a través de soluciones basadas en la naturaleza, mejorando la calidad de vida de los habitantes.







